Retro, sencillo y ultrafemenino. El moño de bailarina que lució
Kate Bosworth para asistir a la boda de una amiga en Sydney es, sin duda, una opción infalbile. Reinventando en clave
vintage
con volumen en las raíces y con algunos mechones arañados, se convierte
en la opción infalible para las que prefieren evitar los tocados.
FotografÍa: © Cordon Press
Los recogidos rotos rompen la sofisticación extrema de un vestido de noche. Nos encanta el contraste sublime que consigue
Natalia Vodianova con este moño deshecho rematado con un broche
gold y los labios neón en versión mate.
FotografÍa: © GTRESONLINE
Otra declinación de la misma propuesta. En esta caso el moño tiene un aspecto
knot apto para ser lucido en una boda, siempre y cuando se combine con un maquillaje sofisticado.
FotografÍa: © Gorunway.com
A medio camino entre el tocado más sobrio y la diadema más
minimal, este moño de bailarina pulido y bajo que lució
Karolina Kurkova en la boda de
Alberto de Mónaco y
Charlenne Wittstock se convierte en la opción perfecta para una boda de día.
FotografÍa: © Getty Images
Carlota Casiraghi demuestra cómo se puede transformar
por completo la perspectiva de un moño de bailarina si se acompaña de
una diadema de estética años 20, con redecilla incluida. Esta
espectacular en la boda de su tío Alberto de Monaco.
FotografÍa: © GTRESONLINE
Beatrice Borromeo, también en la boda real de Mónaco,
relaja el uso de un tocado colocándolo en un lateral de un recogido
ultrapulido. Es otra opción.
FotografÍa: © GTRESONLINE
Sin duda, las diademas, tocados y broches joya son una excelente
alternativa para transformar un recogido de día en uno de boda. Véase el
caso de
Tatiana de Grecia. En la fiesta que tuvo lugar
el día anterior a su boda supo sofisticar un recogido medio con una
flor lavanda ultrafemenina. Colocarla en un lateral, tal y como hace la
princesa, siempre resulta un acierto.
FotografÍa: © Getty Images
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